jueves, 24 de marzo de 2011

Próxima parada

- Próxima parada, Martorell. Propera parada, Martorell. – Anuncia la inerte voz de una mujer.

El vagon, para recalcar la rutina esta tranquilo. Un hombre, tras el aviso de la megafonía del tren de Renfe, se levanta y se queda de pie delante de la puerta, agarrado a una de las barras metalicas que hay para evitar perder el equilibrio. Durante unos segundos todo se queda igual, como una fotografía de la realidad en la que todo el vagon posa, todo se mantiene inerte menos el paisaje que escapa tras la ventana. Se escapan lentamente los segundos, hasta que algo sucede. Todo el mundo ha dejado de posar, se fijan en la puerta frente a la que esta el hombre. Un marroquí se ha situado frente a el, cara a cara. El marroquí pone su frente a escasos centímetros de la del hombre y le dice con tono despectivo:


- ¡Tira para atrás, voy a bajar yo primero!


El hombre hiere el orgullo del marroquí, le ignora, como si no existiera sigue con la vista clavada en el suelo. Esto parece irritar al marroquí, que por motivos ajenos a mi entendimiento basa su existencia en amargar la de los demás. El chico marroquí, ante la reacción del hombre se le queda mirando, como pensando que hacer ahora que el hombre le ha ignorado, siente que todo el vagon le mira. No piensa en ponerle una mano encima al hombre, en ese vagon seguro que hay mas de una persona que esta esperando esa misma acción para saltar en su defensa. No sabe que hacer, se siente impotente y ante esa desagradable sensación intenta salvar el poco orgullo que le deja su forma de comportarse:

- ¡Tu mismo, no voy a abrir la puerta hasta que te tires para atrás! – Dice con un tono aun mas despectivo que la vez anterior, colocándose tapando el botón de abrir la puerta, en una acción que demuestra aun menos madurez que la anterior, en una especie de pataleta de niño pequeño.

El hombre sigue ignorándole, estamos casi en la estación, y detrás de el nos hemos colocado varias personas esperando a bajar del tren. Por unos instantes todo se queda paralizado, el chico se queda pensativo. Mientras tanto, yo me quedo pensativo, me parece incomprensible como puede una persona actuar de esta forma.


Llegamos a la parada, el hombre no se ha movido de su sitio, sigue agarrado a la barra metalica, empiezo a pensar en que quizá se haya transformado por alguna extraña razón en una escultura de cera. El marroquí, pese a todas sus advertencias, amenazas verbales ante la actitud del hombre, etcétera, abre la puerta y se baja, corriendo, no avergonzado pero a mi forma de ver las cosas, herido.


¿Porque en una sociedad como la que vivimos, donde debemos convivir los unos con los otros puede haber gente que actue de esta forma?¿Porque vivir a base de no dejar vivir?
Estas preguntas me rondan la cabeza desde pequeñito, ante la actitud de mucha gente que he visto en el curso de mi vida, cuyo único cometido en las suyas, es intentar, con perdón por la palabra, joder la de los demás.


Buenas noches lectores.


Ya podeis seguir mi blog a través de Twitter. @KDKhor.

1 comentario: